Cerca ya de la mitad de siglo, ciertas veces llegan a mi memoria recuerdos de la niñez en forma de frases, con algunos detalles que uno recuerda con añoranza. Leyendo la información sobre la revisión por pares y analizando cuestiones sobre los datos obtenidos en la investigación, no sé las razones, pero a mi mente llegó el recuerdo de un término que de niño no acababa de entender: el código deontológico. La actividad científica, sus publicaciones, sus evaluaciones y sus críticas, se basan en las personas y como tal la buena práctica profesional que debe aplicarse en los procesos y sobre la que está basada el trabajo en equipo y el cumplimiento de todos los requisitos implícitos que de esto se deriva, entre ellos el del cumplimiento de ese código deontológico. Muchas veces escuché que para desarrollar determinadas profesiones era necesario firmar ese famoso código deontológico. Pocas personas conozco que lo hayan firmado, aunque quiero entender que el ejercicio de la pr...