El concepto de ciencia es ampliamente conocido en ambientes
científico técnicos tradicionales y suelen ser las universidades los foros
donde ésta se genera. Es habitual creer que la ciencia sólo la hace el personal
de bata blanca, personal que dice participar en la elaboración de la ciencia y
que genera como resultado de su trabajo, publicaciones científicas que permiten
valorar el trabajo investigador y la generación de la ciencia según criterios
establecidos.
Pero, ¿eso supone que todo el personal que ya no está en una
institución científica no hace ciencia? ¿eso supone que fuera de la universidad
o de los centros de investigación no se hace ciencia?
La sabiduría popular indica que la ciencia sólo se produce
en los centros apropiados para ello y son varios los políticos con los que he
tenido el gusto de charlar, que opinan lo mismo, que la producción científica
se realiza sólo por personal especializado.
Tomando esta premisa como válida, la realidad sería que
universidades y centros deberían ser la fuente de conocimiento para que se
aplicara en el mundo industrial y empresarial, deberían ser la base para la
evolución científica y tecnológica, pero ¿es realmente así?
En la empresa el conocimiento es poder, tanto internamente
como externamente. Las empresas generan conocimiento (y por tanto poder) en
muchas de las actividades por las que en base a premisas (hipótesis), se
analizan de manera sistemática los datos procedentes de la experimentación realizada
en “instalaciones reales” para poder demostrar la validez de esas primeras
hipótesis o para generar nuevas líneas de trabajo en pos de generar nuevo
conocimiento que permitan diferenciarlas de sus competidores.
Analizando estas fases según la definición de los procesos
del método científico bien podría parecer que las actividades de las empresas dedicadas
a la resolución de problemas de gran calado, bien puede asemejarse al concepto
de ciencia. En mi experiencia profesional dos explicaciones sobre la naturaleza de los proyectos me
dejaron huella:
- La primera se planteó cuando un doctor planteó su proyecto bajo la premisa de no saber si aquello que iba a hacer era investigación o no, pero el problema que debía resolver era tan grande, que iba a dedicar el tiempo de cinco científicos durante dos años a resolverlo y lo lograron.
- La segunda me tocó vivir cuando la directora técnica de una empresa planteó la premisa de no saber las razones de que su producto era mejor que el de su competencia cuando utilizaba la misma materia prima, la misma maquinaria y los mismos procesos. Dedicó a conocer a fondo su proceso y nuevas interacciones dentro de él más de 3000 horas. Hoy siguen teniendo el mejor producto y sí saben por qué.
En ambos casos la generación del conocimiento les ha
permitido generar valor en la compañía, han obtenido poder frente a sus
competidores. Internamente el conocimiento permite asegurarse una buena
posición (o incluso la posición) y el reconocimiento tácito o explícito de
saber, lo cual genera bienestar a quien lo recibe. Externamente el conocimiento
permite la diferenciación frente a la competencia y el posicionamiento en el
mercado.
El progreso se basa en una noción cada vez mayor de cómo
funciona el universo. Esa noción se basa en la capacidad que tenemos de
compartir el conocimiento, de compartir la noción, y esa capacidad no solo no
se limita a las paredes de los órganos científicos sino que está abierta a toda
aquella persona capaz de aventurarse en la búsqueda de nuevas nociones, o en
nuevas maneras de interpretar las nociones.
Y es precisamente en el fenómeno de la comprensión de lo
real, muchas veces en ambientes no organizados para la producción científica, donde
se generan preguntas de base científica y donde tras alcanzarse la respuesta,
el conocimiento queda dentro de la organización, no pasando a formar parte del
conocimiento divulgado, por tanto, del conocimiento accesible.
La evolución tecnológica en la empresa y la generación de
datos aptos para su tratamiento está permitiendo ya que el conocimiento propio
de cada empresa tome un carácter estratégico. La observación de los procesos
cada día es más intensa y la experimentación cada día es más sencilla, lo que
unido a la monitorización 4.0 y el tratamiento big data hace que la posibilidad
de generar conocimiento en la empresa cada vez sea mayor.
Acabo mi reflexión con una nueva pregunta ¿No sería bueno poder
conocer ese conocimiento dentro del estado del arte de las actividades investigadoras en todos los foros?
Interesante reflexión personal, pero leer algo del material propuesto en la asignatura ayuda a aterrizar un poco la cuestión.
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